martes, 28 de julio de 2009

Enfoques básicos sobre la motivación

Según Manuel Acosta Contreras la motivación supone complejas connotaciones, muchas teorías la estudian y dan su concepto sobre ella pero en general se acepta que la motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene el comportamiento.
Resumidamente se plantearán algunos enfoques sobre la motivación
-El comportamental que explica la conducta como motivada por los incentivos, premios o recompensas que reciben los sujetos conjuntamente con las respuestas. En este caso el origen de la motivación conductual es el factor extrínseco que se le proporciona a la persona para que aumente las tendencias a actuar de determinada manera.
- El correspondiente a la perspectiva humanista que da importancia a la motivación intrínseca como necesidad que tienen los sujetos de autorrealización, autonomía y autodeterminación. Desde esta perspectiva se cree que todos los seres humanos tienen su necesidad de desarrollar su potencial diferenciador, sus propios recursos internos, que es lo que los hace activar, dirigir y mantener su conducta.
Dentro de este enfoque humanista:
· Maslow manifiesta que existen siete necesidades: las que han de satisfacerse primero son las fisiológicas, de seguridad, de pertenencia- amor y de estima; luego las de crecimiento que son las de saber y comprender, las estéticas y de autorregulación
· Deci establece que es la necesidad de los sujetos de experimentar autonomía y toma de decisiones
Es evidente que estas necesidades van a tener diferentes prioridades en cada sujeto y determinarán en parte, el accionar.
-El de la teoría cognitiva social de Bandura pasa de los planteamientos conductuales a los cognitivos. Se explica la motivación desde la fórmula de la expectativa o sea la persona actúa en base a sus expectativas (un alumno “estudia para el examen si tiene altas expectativas de aprobar”) Las expectativas estarían basadas en las experiencias previas del sujeto que condicionan la forma de ver el futuro.
Desde esta teoría se subraya la importancia que tienen, como reforzadores, la autoeficacia y los reforzadores vicarios, destaca la importancia que tiene para la motivación la elección personal de las metas por eso la autorregulación y el autorrefuerzo sería positivo para impulsar, encaminar y perseverar el comportamiento hacia el aprendizaje. Deberíamos fomentar estas conductas autorreguladas ya que ellas son más profundas y más persistentes en el tiempo. Pero yo me pregunto ¿qué hacemos con aquellos estudiantes que no demuestran autosuficiencia, que no tienen posibilidades de salvar? ¿De qué manera, de acuerdo a esta teoría, podríamos conducirlos a salvar el examen ¿si esa es la meta?
-Desde la perspectiva cognitiva se sostiene que el comportamiento de una persona está determinado por su pensamiento, lógicamente entonces el individuo trataría de hacer lo que piensa
Las conductas entonces se activarían y regularían, en función de las creencias, expectativas, planes y atribuciones de éxito y de fracaso. Esta teoría atribuye a las personas las características de activas, curiosas, reflexivas, interpretadoras de los estímulos externos desde su tamiz cognitivo y no por la fuerza de los mismos
Las diferencias entre los enfoques conductista y cognitivo sobre la motivación se han ido acercando de manera gradual conforme los conductista han ampliado su lista con reforzadores, como la curiosidad o la competencia. Aunque de forma general los conductistas siguen poniendo mayor énfasis en las recompensas externas, mientras que las teorías cognitivas se centran más en las recompensas internas y en los procesos cognitivos relacionados. Es decir, para la teoría conductista el estudio es una actividad que sirve para conseguir recompensas y premios - aprobar un curso o evitar sanciones; mientras que para las teorías cognitivas el alumno hace las tareas por la recompensa interna que produce la actividad en sí misma (interés, curiosidad, deseo de ser un buen profesional).
Ahora bien y sin menospreciar la importancia que tienen los premios y los castigos en educación, el alumno que aprende sólo por estos motivos, está viendo reducida su capacidad de aprender y acabará seguramente adoptando una actitud pasiva en su aprendizaje ya que en realidad no le interesa aprender por aprender, sino que sólo busca las consecuencias del aprendizaje: el premio.

La motivación tendría por lo menos tres subprocesos: activación, dirección y persistencia.
· En el proceso de activación, el alumno decide participar en la actividad de enseñanza y de aprendizaje, ya sea por curiosidad, gusto o interés.
· En el proceso de persistencia, es donde el estudiante se siente atraído por ejecutar y terminar las estrategias de enseñanza y de aprendizaje.
· En el proceso de dirección, es donde el alumno comprende el objetivo o la finalidad de las actividades de enseñanza y de aprendizaje que está realizando.
Lo anterior lo podemos observar en nuestros grupos, donde tenemos alumnos que se entusiasman fácilmente cuando las actividades de enseñanza y de aprendizaje consisten, por ejemplo, en un juego didáctico o una actividad de laboratorio donde puedan usar material y equipo, pero después de que sus expectativas de curiosidad son satisfechas su motivación disminuye rápidamente, o sea se activa pero no persisten. Otros se entusiasman de inmediato y persisten, demuestran interés y participan activamente en el proceso, desde su inicio hasta su culminación, pero realizan la actividad como una acción completamente mecánica, “es lo que indica el profesor y nosotros debemos realizarla”, dejan de lado el aprendizaje propuesto, que es el objetivo primordial de la tarea, o sea van en una dirección equivocada sin quererlo, por desconocimiento o por tener metas diferentes. Por último, están aquellos alumnos (los menos) que fácilmente se entusiasman, que persisten y caminan en la dirección correcta; esto es, aquellos que comprenden los conceptos, las habilidades y las actitudes que tienen que aprender durante el desarrollo de las actividades de enseñanza y de aprendizaje; son los que le encuentran sentido y aplicación a los aprendizajes propuestos en los distintos programas que rigen en los centros de enseñanza.
En nuestros estudiantes de Primaria y de Secundaria pocas veces se dan los tres (se incentivan al principio y no persisten o se activa la motivación y persiste hacia una dirección equivocada)
Considero, igual que Jesús Beltrán Llera, que:
1. Hemos pasado por varias décadas de revolución cognitiva pero deberíamos entrar a estudiar profundamente la revolución afectivo-motivacional ya que es la que realmente ha provocado las rupturas que realmente han persistido a lo largo de la historia.
2. La motivación es multisensorial , tiene procesos cognitivos, afectivos y conductuales y se basa fundamentalmente en tres pilares: creencias, razones y reacciones.
3. La motivación es un eslabón dentro de una cadena, por lo tanto no es suficiente con que motivemos para que nuestros alumnos hagan algo. Ausubel, en cierta manera estaría de acuerdo con ello ya que establece que hay dos condiciones para que alguien aprenda significativamente:
a.-Que el material sea potencialmente significativo (allí estaríamos proporcionando material para motivarlos)
b.-Que el sujeto quiera aprender significativamente. Este eslabón en fundamental, pero no el único en los procesos de enseñanza y de aprendizaje
4.-No es un instrumento al servicio de una meta, de un objetivo Si consideramos que el aprender no es adquirir respuestas ni conocimientos sino la construcción de significados; si construir es pensar, si construir significados y aprender a pensar, y enseñar es ayudar a aprender, enseñar es ayudar a pensar. Cabe preguntarnos entonces si los docentes ayudamos a pensar, esto requiere darle el tiempo necesario a los alumnos para que trabajen a su propio ritmo “o” corremos tratando de cumplir con un programa porque el inspector lo exige

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